Hasta que no se entra en el Taller de orientación de políticas y planificación no se puede saber que el comunicador social tiene muchas otras funciones por cumplir en la sociedad, además de las clásicas conocidas como periodista, prensero, publicitario... Simplemente, es el momento en que un estudiante que leyó y leyó y no sabía muy bien qué hacer con todo lo leído puede reunir su conocimiento y aplicarlo en algo que no deja de ser subjetivo pero que también es algo concreto. Y se puede usar la teoría y todo en ese trabajo que se podría resumir en lo que se llama diagnóstico dinámico desde la comunicación. Es dinámico porque las situaciones van cambiando y el interventor debe ir adaptando su labor constantemente.
Se podría comparar con lo que pasa cuando uno va al médico: te dan un diagnóstico y se planifica -en base a la enfermedad- determinado tratamiento; la diferencia es que éste es un diagnóstico desde la comunicación y no desde la medicina.
Parece algo simple, pero un diagnóstico incluye una cantidad de pasos que pueden tornarse densos hasta llegar a lo que sería la posterior planificación en función de los “resultados” del mismo. Identificación de los actores involucrados, establecimiento de variables claves que guíen la tarea, nudos críticos, imágenes de futuro y líneas de acción son algunas cuestiones que hay que tener en cuenta a la hora de realizarlo. Se trata de un análisis exhaustivo de una organización o empresa en el que se evalúan, de alguna manera, sus debilidades y fortalezas, los deseos futuros y, fundamentalmente, los factores que impiden llegar a la situación utópica.
Es una labor que requiere compromiso y constancia de ambas partes pero da satisfacciones a la hora de la identificación de los problemas puntuales y de las posibles salidas para resolverlos.
Es ahí en donde comienza la planificación, y es importante distinguir a la planificación tradicional de la prospectiva. La prospectiva se hace desde el futuro hacia el presente. Es decir, empezando por mirar a dónde se quiere llegar y luego ver con qué recursos se cuenta, y no partiendo de lo que existe -como en la planificación tradicional- para ver qué se puede hacer con eso. La diferencia radica en que es una opción más abierta y que implica pensar posibilidades imposibles si partiera de lo que la organización/ empresa tiene al momento de comenzar el diagnóstico.
Aunque suene raro es un trabajo que los comunicadores pueden cobrar e incluso ganar algo de plata con eso.
Me gusta la planificación prospectiva. De alguna manera, y lejos del aspecto comunicacional, intento aplicarla en la vida... Es arduo, te digo.
ResponderEliminarMeta al estudio, Naty! Te quiero mucho, lo sabés, pero te lo recuerdo. Y gracias por el comentario! Lo escribí, sí, justo en una noche de alta prospección.
Besooo!