Es cierto. Bienvenida sea la crítica. Si no existiera no habría debate y sin debate no hay nuevas creaciones. La discusión aquí es con Leonardo D’ Espósito, nada personal, simplemente su nota en el diario Crítica genera por lo menos eso: debate.
Regaña a Juan José Campanella porque aparentemente en su última película -“El secreto de sus ojos*”- manifiesta una actitud benévola hacia la justicia por mano propia, y cuenta también en su escrito su hipótesis acerca de cómo este director de cine necesita dejar una “enseñanza o mensaje” en sus filmes. Lo que evidentemente no es para nada rescatable para el periodista. De las dos opiniones, la segunda puede entrar en lo que es una crítica de cine porque claramente es algo subjetivo, a criterio individual y gusto personal. Pero la primera habla de una falta de coherencia en el sentido de que hay un juzgamiento de Campanella que no necesariamente tiene por qué ser así. D’ Espósito dice: “Campanella usa las secuencias para el mensaje, para que quede claro una y sólo una visión del mundo, que es la visión que tiene de la Argentina y lo argentino, de la historia reciente.” Puede que sea verdad, pero ¿es eso materia de crítica? Para eso está el cine, para imaginar realidades o escenarios posibles que no tienen por qué ser reales… o sí, pero eso sólo el director/escritor lo sabe. No hay en todo el argumento del crítico una prueba de que lo que dice sobre Campanella efectivamente se lo haya dicho Campanella. Y no es una acusación menor ni inocente la que hace.
Es innegable que una crítica es muy personal, y que cada uno involucra su subjetividad de lleno, pero también es cierto que hay que poder sostener lo que se dice con argumentos basados en la coherencia y en fuentes avaladas. Y si su otra lectura sobre la película, “que la injusticia que no se resuelve genera más injusticia y pervierte al inocente”, fuera así, igualmente sigue siendo parte del “mensaje” de una película, no necesariamente es el pensamiento del director.
*Basada en la novela “La pregunta de sus ojos”, de Eduardo Sacheri.
Es cierto, Naty, pero a mí tampoco me gustó el final de la película y lo banco al crítico de Crítica... jejeje... En todo caso, la culpa no es de Campanella sino de Sacheri, quien inventó la historia. Pero es conocida la necesidad que tiene Campanella de que sus historias cierren con un final feliz, o de lo contrario, con todos los cabos atados. Creo que no era necesario en esta peli que todo cerrara con moño, es irreal, y baja línea de lo que debería ser justo con un final fantaseoso... como si eso fuera REALMENTE la Justicia. ¿La Justicia es el cumplimiento del sistema jurídico??????? Quiero decir: el sistema jurídico es necesario para vivir, pero en modo alguno materializa a "la Justicia", en mi opinión.... La película quiere reflejar eso y yo no me lo creo....
ResponderEliminar"Pero es conocida la necesidad que tiene Campanella de que sus historias cierren con un final feliz..." ¿Te pareció un final feliz? Lo de los cabos atados puede ser, pero es un estilo, y eso sí puede ser criticable. No me quiero poner en defensora de Campanella pero el tipo puede hacer lo que quiere con su película, incluso bajar línea. ¿O no?
ResponderEliminarEn todo caso, tu crítica posterior, o tu "no me la creo" me parece más pertinente que la del crítico de Crítica.
Igual no esperaba menos de vos, Rosana. Ahora voy a debatir a tu blog.